certamen relatos

IX Certamen de Relatos AFOL:
Conviviendo con el  Cáncer

Nuestros objetivos:

• Conseguir la mejor y mayor calidad de vida para nuestros niños /as, adolescentes, adultos y familiares enfermos de cáncer.

• Potenciar y mejorar la Atención y Asistencia Sanitaria de los enfermos Onohematológicos.

AFOL

Novedades

  • 15/10/2008Novedades

     

     

    El día 18 de octubre, sábado se celebra en Lanzarote el IV encuentro AFOL-AFOFUER, un encuentro que viene realizándose anualmente desde 2005, con sedes alternativas entre Fuerteventura y Lanzarote. Al acto de este año, además de los presidentes de AFOL, Carmen Arrocha y de AFOFUER, José Cerdeña Rodríguez, participaran como invitados los dirigentes de otras asociaciones que desarrollan su trabajo voluntario con los niños de oncología en el Hospital Materno Infantil de Las Palmas de G. Canaria, contándose con la asistencia de la Asociación Benéfica ¡YA ERA HORA…!,  la Asociación de Padres Unidos Pequeño Valiente (ambas  de las Palmas de G. Canaria). Y AFUERCC de Fuerteventura.

    Resaltar la importancia de celebrar este tipo de encuentros, no solo por el fortalecimiento que supone para los colectivos participantes, sino por las perspectivas de colaboración y ayuda entre los mismos.

    Realizaremos una excursión,  visitando  el Golfo, Centro de Visitantes en Mancha Blanca, Hervideros, Bodega el Grifo y finalizaremos  con un suculento almuerzo en el Teleclub de Nazaret, con parranda incluida (Antonio Jorge Toledo  e hijos).

  • 01/08/2008Novedades

      La Asociación de Familias Onco-Hematológicas de Lanzarote, AFOL, como cada año pone a la venta la loteria de Navidad del número 52.503 al precio de 23 €. Los interesados deben dirigirse a la C/ José Antonio, 77  2º -Pta 6 de Arrecife en Horario de 9h a 1h y de 4h a 8h de Lunes a Jueves. Viernes de 9h a 2.30h.

    Durante el mes de Agosto, permaneceremos abiertos de 9h a 3h. Muchas gracias por su colaboración.

  • 10/07/2008Novedades

    El pasado lunes 7 de julio, en la Sociedad la Democracia de Arrecife,  tuvo lugar la rueda de prensa a la  que acudieron varios representantes de   asociaciones dedicadas a la  salud (ADILA, AFOL, AFA y ADISLAN). El tema a tratar fue volver a reivindicar lo que ya se había exigido en la manifestación del día 15 de marzo, donde se leyó  un manifiesto (redactado por las asociaciones de salud de la isla y de Fuerteventura) en contra de la desasistencia del Gobierno de Canarias hacia nuestras islas, en materia de sanidad.

     

  • 02/05/2008Novedades

     

    El producto, pendiente de autorización en Europa, elimina las células madre del cáncer.

    MARÍA VALERIO (enviada especial)

    BERLÍN.- Fueron sólo 45 mujeres, con un tipo de tumor que representa apenas el 20% de todos los cánceres de mama. De momento son resultados preliminares, y harán falta nuevos estudios que los confirmen; pero a pesar de todas estas cautelas iniciales, el trabajo presentado en la conferencia europea de cáncer de mama que se celebra esta semana en Berlín supone, por sí mismo, una buena noticia.

    La investigación llevada a cabo en el Baylor College of Medicine, de Houston (EEUU), y liderada entre otros por el investigador portorriqueño Ángel Rodríguez, ha demostrado por primera vez que un fármaco es capaz de atacar directamente al ‘núcleo duro’ del cáncer, de eliminar casi por completo sus células madre.

    Aunque representan sólo el 10% de todas las que componen un cáncer, estas células madre consideradas las ‘iniciadoras’ del cáncer traen de cabeza a la comunidad científica desde hace cuatro o cinco años. Porque son capaces de autorrenovarse y seguir dividiéndose para mantener vivo al tumor, porque son muy difíciles de identificar y aislar en el laboratorio, y porque son muy reacias a la acción de la quimioterapia, incapaz de acabar con ellas.

    En este trabajo, 45 mujeres con un cáncer de mama HER2 positivo (es decir, con una proteína en la superficie de las células malignas que concede a sus portadoras un mal pronóstico) recibieron seis semanas de tratamiento con un nuevo fármaco (lapatinib), seguidas de una combinación compuesta por trastuzumab (comercializado como Herceptin) y docetaxol durante otras 12 semanas antes de pasar por el quirófano para que les extirpasen el cáncer.

    De ellas, tres habían experimentado una desaparición completa del tumor después de las primeras seis semanas (lo que supone el 7%); y en otro 64% de los casos, la respuesta fue completa o casi total tras añadir los otros fármacos. Esto quiere decir que el tamaño del tumor se redujo de manera muy significativa (un 60,8% concretamente), hasta ser casi imperceptible en las pruebas de imagen. El caso más significativo, destaca el investigador portorriqueño en conversación con elmundo.es, fue el de una mujer con un cáncer de más de 13 centímetros de diámetro que, tras seis semanas de tratamiento, vio cómo su tumor desaparecía.

    «Lapatinib inhibe una vía de señales importantes para que estas células madre dejen de renovarse», ha añadido el especialista. Lo que se observa con la quimioterapia, por el contrario, es que el número de estas células ‘iniciadoras’ o pluripotenciales (en inglés, ‘cancer stem cells’) aumenta considerablemente con la ‘quimio’; «aunque no sabemos por qué, ni entendemos del todo los mecanismos por lo que esto ocurre, sí sospechamos que ellas son las responsables de las recaídas posteriores, porque son capaces de permanecer latentes durante muchos años hasta que vuelven a despertar».

    Varios ensayos clínicos en marcha

    Rodríguez no descarta que esta molécula pueda funcionar también en algunas mujeres con un tumor de mama HER2 negativo (que son el 80% restante), y menciona varios trabajos «demasiado preliminares» que actualmente se están llevando a cabo en este sentido. Además, añade, se está investigando también la capacidad de la molécula para tratar otros tipos de cáncer en los que también se ha detectado esta proteína, como el de colon, páncreas, pulmón, endometrio y ovario.

    Por el momento, este fármaco únicamente está autorizado en EEUU para el tratamiento de mujeres con un tumor de mama HER2 positivo que ya han desarrollado metástasis y han dejado de responder a otros fármacos previos, como Herceptin. Se espera que las autoridades europeas le den el visto bueno definitivo para esta misma indicación a lo largo de 2008 (bajo el nombre comercial de Tyverb y en combinación con otra sustancia, capecitabina), y aunque su fabricante, la compañía GSK, no ha querido precisar aún su precio europeo («que se negociará país por país»), en EEUU ronda los 2.000 ó 3.000 dólares mensuales.

    La autorización europea se ha retrasado más de lo previsto por la aparición de algunas reacciones hepáticas leves en el 0,4% de las mujeres que estaban siendo tratadas a través de los ensayos clínicos en marcha y de un procedimiento denominado ‘de uso expandido’, según ha reconocido en Berlín Steven Stein, vicepresidente de GSK.

    Este programa mundial de uso del fármaco antes de su comercialización definitiva ha permitido ya tratar a unas 3.700 mujeres en todo el mundo, de ellas, 2.170 europeas (entre las que hay 185 mujeres de 27 centros españoles), «con buenos resultados y un buen perfil de seguridad«, según el doctor Mario Campone, especialista del Instituto del Cáncer de Nantes (Francia).

    De hecho, en este mismo congreso se han presentado también los datos de algunas de estas experiencias que están evaluando lapatinib solo o en combinación con otros tratamientos (quimioterapia, Herceptin…), tanto en estadíos iniciales del cáncer como en un escenario metastásico. Y tanto antes como después de la cirugía.

     

     

  • 28/04/2008Novedades

    Madrid (28/04/2008).-

     

    El ejercicio parece beneficiar a los pacientes que sufren problemas de fatiga relacionados con un cáncer durante y después del tratamiento, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y publicado en The Cochrane Library, la publicación de la Cochrane Collaboration.

    Según constataron la doctora Fiona Cramp y su equipo, casi todos los pacientes con cáncer sufren un problema de fatiga. Estos investigadores estudiaron la literatura médica en la que se evaluaba el efecto del ejercicio sobre la fatiga relacionada con el cáncer, un trabajo en el que analizaron un total de 28 estudios en los que participan cerca de 2.000 pacientes. Más de la mitad de estos estudios estaban relacionados con mujeres con cáncer de mama.

    Los investigadores destacaron que son «estadísticamente significativas» las mejoras en los problemas de fatiga logrados con programas de ejercicio durante la terapia contra el cáncer e incluso después. La mayoría de estos programas eran de ejercicio moderado a intenso practicado dos o tres veces por semana.

    A la vista de los resultados, el equipo de Cramp recomienda que el ejercicio sea considerado como uno de los diversos componentes que deben figurar en la estrategia para el manejo de la fatiga asociada al cáncer, que puede también incluir otras intervenciones no farmacológicas entre las que se cuentan las terapias psicológicas y sociales, el tratamiento del estrés, la terapia nutricional y la terapia para combatir las alteraciones del sueño

  • 22/04/2008Novedades

                    

    §                     La pérdida de unas moléculas facilita la expansión de las células tumorales

    §                     Cuando se restauran estos elementos, se interrumpe la invasión de otros órganos

                 

    Actualizado viernes 11/01/2008 14:00 (CET)

    MARÍA VALERIO

    MADRID.- Aunque las metástasis son la principal causa de muerte entre los pacientes con cáncer, el mecanismo que permite que algunas células malignas abandonen el tumor primario y viajen hasta otros órganos del cuerpo humano sigue estando rodeado de grandes lagunas para los investigadores. Un trabajo del equipo que dirige en Nueva York el español Joan Massagué y que publica esta semana la revista ‘Nature’ aporta nuevas pistas para comprender este proceso.

    Según estos investigadores, la clave para entender por qué las células del cáncer de mama son capaces de mestastatizar en huesos y pulmones (sus localizaciones ‘preferidas’) podría estar en unas pequeñas moléculas del llamado ‘ADN mensajero’ (ARN o RNA según sus siglas en inglés): los microRNAs.

    Estas pequeñas moléculas en forma de horquilla representan apenas un 1% del genoma humano pero juegan un papel clave en la regulación del ciclo celular, ya que son capaces de anular o modificar simultáneamente múltiples genes.

    En el trabajo, en el que han colaborado los departamentos de Medicina y Patología del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York (MSKCC), se han identificado algunos de estos microRNA claves en el origen de las metástasis del cáncer de mama. Probablemente «tan importantes como los genes clásicos que se han estudiado anteriormente» en opinión de Massagué.

    Los científicos descubrieron que la mayoría de los tumores agresivos carecen de tres de estas moléculas clave. Uno de ellos, miR-126, influye en la tasa de proliferación celular; mientras que otros dos, miR-335 y miR-206, regulan un grupo de seis genes que aumentan el riesgo de que las mujeres con cáncer de mama sufran metástasis.

    Además, demostraron que es posible reactivar esos pequeños fragmentos de ácido ribonucleico o RNA, ausentes en los casos de cáncer más agresivos, para lograr que los tumores pierdan su capacidad para extenderse más allá de su localización originaria.

    Tratamiento y pronóstico

    Massagué, que está el frente del Programa de Biología y Genética del Cáncer en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, es además director adjunto del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB), donde supervisa precisamente un laboratorio dedicado al estudio de las metástasis del cáncer.

    Aunque cautos sobre las aplicaciones de sus descubrimientos, estos científicos consideran que sus resultados pueden proporcionar a los médicos mejores herramientas para estimar el riesgo de reproducción del tumor, y aportan nuevas ideas para intervenir contra la metástasis mediante nuevos fármacos. Además, no descartan la posibilidad de que estos conocimientos sirvan para desarrollar tests que permitan predecir qué mujeres con cáncer de mama son más proclives a desarrollar metástasis en el futuro.

    Estos microRNAs, añade el especialista español desde Nueva York, «enriquecen la lista de componentes genéticos que utilizan las células del tumor para promover las metástasis. Cuanto más completa sea esta lista, mejor vamos a poder afrontar la necesidad de pronosticar el riesgo de metástasis al extirpar el tumor inicial y más elementos habrá para intervenir terapéuticamente».

    Otros tumores, otras metástasis

    «Es como si estuviese estropeado el freno de mano», explica Roger Gomis, investigador ICREA en el Laboratorio de Metástasis del IRB. «Cuando se pierden los niveles de estos microRNAs se produce un aumento de ciertos genes responsables de las metástasis, por lo que si se quiere actuar sobre ellos parece más inteligente tratar de controlar el mecanismo superior que los gestiona». Por el contrario, cuando los investigadores lograron devolver los microRNAs a sus niveles normales en células en cultivo, se pudo frenar la expansión de las metástasis.

    Además, como el propio Gomis destaca, el trabajo ha sido capaz de confirmar en muestras reales de pacientes con cáncer de mama lo que ya había observado en cultivos celulares y ratones en el laboratorio. De hecho, al analizar genéticamente los datos de 368 mujeres con un tumor mamario, observaron que aquellas con mayores niveles de los seis genes que controla miR-335 eran las más propensas a sufrir metástasis. «Eso es importante, porque significa que los resultados no son una mera teoría, ni flor de un día», apunta Gomis, «son un hecho».

    En la actualidad, en los laboratorios del Memorial se investiga ya el papel de estos mismos fragmentos de RNA en otros tumores como los de colon y pulmón para confirmar si también propician las metástasis como se ha descubierto en el cáncer de mama. «Ésa es la siguiente pregunta que habrá que responder», concluye Gomis: «Si estos microRNAs controlan todas las metástasis del cáncer de mama, vayan a donde vayan; y si controlan todas las metástasis que se forman en huesos y pulmones. Vengan de donde vengan».

    DIRIGIDA POR JOAN MASSAGUÉ

  • 22/04/2008Novedades

     

    Actualizado martes 22/04/2008 09:46 (CET)

    INVESTIGACIÓN

    M. A. H.

    SALAMANCA.- Investigadores del Centro del Cáncer de Salamanca, en colaboración con el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de Pamplona han conseguido probar la implicación de cuatro nuevos genes humanos en el proceso de metástasis del cáncer de pulmón.

    En concreto, el equipo de investigación del doctor Javier de las Rivas, director del grupo de Genómica Funcional del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, identificó los genes humanos PRKD3, MCAM, SUSD5 y TCF4 como cuatro de los agentes implicados en la transformación de células de cáncer de pulmón a células metastásicas, culpables de la expansión de la enfermedad a otros órganos del cuerpo. Un descubrimiento que el grupo del doctor Fernando Lecanda, del CIMA de Pamplona, se encargó de testar y demostrar.

    La investigación, publicada en la revista científica Cancer Research, podría permitir el bloqueo de dichos genes, evitando así la expansión de las células metastásicas, mucho más agresivas que las células tumorales.

    «Estamos intentando entender cómo funcionan las células que provocan la metástasis del cáncer para poder bloquearlas y así evitar su expansión», explicó el doctor de las Rivas. Un avance que, aunque se encuentra en «fase preliminar», puede dar lugar en un futuro a la creación de un fármaco capaz de bloquear las células invasivas del cáncer. De ser así, «el avance sería muy drástico», ya que el 90% de los casos de cáncer avanzado son metastásicos.

    Es la primera vez que se implica a tres de los cuatro nuevos genes en el proceso de metástasis


    Por el momento, ésta es la primera vez que se implica a tres de los cuatro nuevos genes citados en el proceso de la metástasis. Una conclusión que le ha llevado a los investigadores tres años de trabajo. Sólo el grupo del investigador catalán Joan Massagué se anticipó en esta línea de investigación al identificar genes concretos implicados en metástasis en el cáncer de mama y de otros tipos. Por el momento, el Centro del Cáncer sigue trabajando en líneas de investigación relacionadas con el cáncer de pulmón y la metástasis en el hueso.

    Tal y como explicó el director del grupo de Genómica Funcional del Centro de Investigación del Cáncer, Javier de las Rivas, la investigación de cánceres infantiles, en concreto del osteosarcoma, es uno de los proyectos de futuro del equipo de científicos.

    La identificación abre el camino para bloquear el avance de las células invasivas en el futuro


    «Queremos estudiar el desarrollo del osteosarcoma, un cáncer de hueso muy agresivo que afecta también a otros órganos», explicó el doctor de las Rivas.

    Además, el grupo encabezado por de las Rivas seguirá trabajando en otras líneas de investigación relacionadas con la metástasis, «fundamentalmente relacionadas con el cáncer de pulmón y la metástasis a hueso», aseguró el investigador del Centro del Cáncer.

    Aunque «todavía es pronto para pasar a la realización de un fármaco que frene la metástasis», esta primera contribución será clave para poder en un futuro «bloquear el avance de células invasivas», concluyó.

  • 22/04/2008Novedades

    A PUNTO DE INICIAR ENSAYOS CON HUMANOS

    Un fármaco ayuda a prevenir los efectos secundarios de la radioterapia

    Actualizado lunes 14/04/2008 14:10 (CET)

     

    MARÍA VALERIO

    MADRID.- Aunque de momento se ha probado su uso únicamente en ratones y monos, la aparición de una sustancia capaz de prevenir las quemaduras inducidas por la radioterapia supone un motivo de esperanza para los pacientes con cáncer que tienen que recibir este tratamiento. Un estudio publicado en la revista ‘Science’ demuestra que es posible prevenir los daños que causan las radiaciones en las células sanas.

    Además de eliminar las células cancerosas, la radioterapia tiene el problema de que ataca también a los tejidos sanos del organismo. Por eso, aunque se intenta ajustar la terapia al máximo hacia el tumor para evitar los ‘daños colaterales’, los científicos buscan una manera de proteger de la radiación a los tejidos sanos que rodean al cáncer, sin que ésta pierda su potencial terapéutico contra las células malignas.

    Una empresa de Nueva York (EEUU) parece disponer de este antídoto, a juzgar por los resultados que han logrado varios de sus investigadores en experimentos con ratones y monos. Este mismo año, auguran los responsables de Cleveland BioLabs, podrían comenzar los ensayos con pacientes.

    El fármaco experimental (llamado CBLB502) funciona desactivando el mecanismo natural que lleva a las células sanas a suicidarse cuando reciben la radioterapia. Este programa, denominado apoptosis, obliga a las células que han sufrido daños en su ADN a suicidarse para que no sigan proliferando. Sin embargo, las células tumorales son capaces de evitarlo activando una vía de señales denominada NFKB que les permite sobrevivir.

    Ésa es precisamente la diana a la que ataca el nuevo fármaco, diseñado para evitar que las células normales inicien su programa de suicidio controlado.

    El trabajo ha demostrado que la nueva sustancia es capaz de proteger a las células normales de la médula ósea y la vía digestiva, las más afectadas por la radioterapia, pero sin reducir la eficacia de la radioterapia contra el tumor. Además, añaden, al proteger a los tejidos sanos, el fármaco permitiría emplear dosis de radiación más elevadas y prolongadas sin poner en peligro la salud del paciente. De hecho, pese a que los animales recibieron una dosis letal de radiaciones, CLB502 permitió mejorar su supervivencia sin ninguna reacción adversa.

    Esta posibilidad ha llevado a esta compañía a sugerir incluso que el nuevo compuesto podría ser útil también como protector en caso de una catástrofe nuclear o guerra bacteriológica. Su estudio en ‘Science’ concluye además que la inyección de CBLB502 que recibieron los animales no les causó ningún efecto secundario de gravedad, por lo que aspiran a poder reproducir con éxito estos mismos resultados en humanos.

    Un comentario que publica la misma revista destaca que este trabajo es un buen ejemplo de cómo la comprensión de los mecanismos de reparación y daño de los tejidos «pueden resultar en el descubrimiento de agentes farmacológicos útiles».